lunes, 16 de febrero de 2009

Biodanza


Recuerdo que la primera vez que escuché hablar de la biodanza fue cuando un grupo de gerentes del grupo MCC estaba realizando el ABC, programa de preparación como coaches. Sonaba raro y sigue sonando extraño, pero quien tiene la suerte de probrarlo y abrirse a la experiencia queda prendado del poder de esta técnica desarrollada por el chileno Rolando Toro. Surgió como una propuesta para enriquecer la terapia psicológica, allá por los 60, a la vez que lo hicieron la Bioenergética, la Terapia Gestalt, la Musicoterapia, etc.

Mediante la biodanza nos damos cuenta de la gran conexión que existe entre el cuerpo y la mente. Nos ayuda a vivir experiencias y emociones a través de determinados movimientos acompañados de música, todo ello guiado por un experto. Se estimula la alegría, el movimiento, la expresión corporal, el erotismo, etc. Aspectos que desde niños nos han enseñado a mantener adormecidos, como los movimientos de cadera por ejemplo. Despierta la capacidad de sentir y expresarnos.

Tengo que decir que a mí las sesiones de biodanza en las que participé a lo largo de mi formación como coach, me sirvieron para descubrir muchas cosas de mí misma. Nunca olvidaré una de las sesiones, en un hotel de Argentina, en el que trabajabamos movimientos de agua, que tiene que ver con la ternura. La clave estaba en hacer movimientos similares a los que haríamos meciendo en nuestros brazos a un bebé mirándolo con ternura. Se suponía que a mí me iba a resultar fácil, yo era madre de un bebé. Mi hija iba a cumplir dos años. Yo pensaba que yo era todo dulzura (era la imagen que tenía de mí misma). Pero, de repente ocurrió algo. Era incapaz de coordinar mis movientos con soltura. ¿Qué ocurría? Me hice consciente de una serie de cosas, que guardo para mí, pero la conclusión era clara; la ternura no es que brillara por su ausencia, pero estaba bastante adormecida. Parece traumático y lo fue para mí en ese momento. Pero me abrió los ojos, ví algo que antes no veía, me hice consciente de algo que no me gustaba y pude hacer algo para cambiarlo. Todo, simplemente por un ejercicio de biodanza.
Otro aspecto importante de la biodanza es el disfrute que se puede llegar a sentir, por lo que os invito a que probéis. Tenemos ocasión de hacerlo dentro de poco en Bilbao de la mano de la Fundación EDE y de The Newfield Consulting con Marianela. Os lo recomiendo. www.fundacionede.org/cursos/200901-biodantza.htm

http://www.biodanzaeuskadi.com/
http://www.biodanza.org/


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